"¿Tuve alguna vez futuro?", me pregunto entre sonoras carcajadas. "No" y me paro a escuchar silenciada el murmullo de mi vacío mientras observo como se arrastra el fantasma de lo que siento, pero él aún no sabe que estoy aquí.
Y no puedo hablar. No puedo gritar. Sólo observar como me consume algo que no existe.
Como me consume el complejo de una existencia inexistente. Una rueda que gira y gira sobre la misma triste historia: una vida condenada a ser vivida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario