Bienvenidos

"Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa..." William Shakespeare.

lunes, 23 de marzo de 2009

Noche

La noche hace que la mayoría de las cosas parezcan distintas.
Por ejemplo las personas, ya que por las noches parecen como seres nocturnos cuya única inquietud es molestar y hacer daño.
Por el contrario todo lo demás parece de lo más normal.Mientras la luz del sol ilumina los objetos haciéndolos parecer falsos ,la oscuridad de la noche nos permite observar todo, todo como recien creado, sin sufrir ningún cambio.

jueves, 19 de marzo de 2009

Otro dia

Otro dia que termina. Ultimamente las horas se pasan cada vez mas rapidas, y los dias vuelan.Cuando me de cuenta, todo ya habrá terminado.Los examenes, las clases, el trabajo....la vida.Todo pasa corriendo,sin apenas darnos cuenta de lo que vivimos, solo recuerdos quedan, cada vez mas oscuros, pues todo pasa tan deprisa...que no da tiempo a guardarlos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Pensamientos

Estando sentada frente al ordenador, pensando acerca de asuntos que van mas allá de mis límites, resolví aceptar que no puedo solucionar algunos problemas, sin antes resolver mis problemas.
Aceptar la realidad tal cual es, resulta dificil. Mas facil es el estar en nuestras casas o en la calle, pensando (o sin pensar) sobre realidades que no tienen nada que ver con esta.Tapar nuestra mente con mentiras que no llegan a ninguna parte, mas que a engañarnos a nosotros mismos....
Orgullosos de nuestras mentiras, nos conformamos con lo que tenemos.Mejor tenerlo todo masticado ya, antes que masticarlo nosotros.Mejor que los demás suden, antes que sudar nosotros.

lunes, 16 de marzo de 2009

El pozo y el péndulo

Edgar Allan Poe 
El Pozo y el Péndulo (fragmento)

" Me hallaba agotado, mortalmente agotado por aquella agonía sin fin. Cuando, por último me desataron, y pude sentarme, noté que perdía el conocimiento. La sentencia, la espantosa sentencia de muerte fue la frase claramente articulada que llegó a mis oídos. Luego, el sonido de las voces de los inquisidores, me pareció que se apagaba en el zumbido indefinido de un sueño. Su ruido provocaba en mi ánimo cierta sensación de rotación, quizá debido a que lo identificaba con una rueda de molino. Sin embargo, aquello duró muy poco tiempo y ya no oí nada más. No obstante, durante cierto tiempo vi -¡y con qué horrible exageración!- los labios de los jueces vestidos de negro, eran blancos, más blancos que las hojas de papel en que estoy escribiendo estas palabras, adelgazados hasta lo grotesco, con la dura expresión de su resolución irrevocable y del riguroso desprecio por el dolor humano. Veía cómo los decretos de lo que para mí representaba el Destino, surgían aún de aquellos labios. Contemplé cómo se retorcían articulando una frase mortal, cómo pronunciaban las sílabas de mi nombre, y me estremecí al ver que el sonido no seguía al movimiento. Durante varios momentos de frenético espanto, percibí la blanda y casi imperceptible ondulación de las negras colgaduras que cubrían las paredes de la sala, y mi vista cayó entonces sobre los siete grandes cirios que había colocado sobre la mesa. Al principio fueron para mí la representación de la claridad, y los imaginé ángeles blancos y esbeltos que venían a salvarme. Pero inmediatamente unas náuseas mortales invadieron mi alma, y sentí que cada fibra de mi ser se estremecía como si se hubiera hallado en contacto con el cable de una batería galvánica. Las formas angélicas se convirtieron en espectros con cabeza de llama, y comprendí claramente que no debía esperar de ellos auxilio alguno. Entonces, como una especie de brillante nota musical se insinuó en mi alma la idea del reposo inefable que debe gozarse en la tumba. Legó de una forma suave y furtiva, y creo que precisé un largo espacio de tiempo para apreciarla por entero. Sin embargo, en el preciso momento en que mi alma empezó a sentir la idea con claridad, y a acariciarla, las figuras de los jueces se desvanecieron como por arte de magia, los grandes cirios, cuyas llamas se apagaron por completo, se redujeron a la nada, y sobrevino la negrura de las tinieblas. Todas mis sensaciones parecieron desaparecer como si el alma se hundiera en una zambullida loca y precipitada en lo más profundo del Hades. Y el Universo se convirtió en noche, silencio e inmovilidad. "