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"Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa..." William Shakespeare.

domingo, 19 de julio de 2015

Gritar...

"¿Tuve alguna vez futuro?", me pregunto entre sonoras carcajadas. "No" y me paro a escuchar silenciada el murmullo de mi vacío mientras observo como se arrastra el fantasma de lo que siento, pero él aún no sabe que estoy aquí.
Y no puedo hablar. No puedo gritar. Sólo observar como me consume algo que no existe.
Como me consume el complejo de una existencia inexistente. Una rueda que gira y gira sobre la misma triste historia: una vida condenada a ser vivida.




domingo, 21 de junio de 2015

Por última vez...

No pediré disculpas por mi acto. Sé que es algo egoista, aunque tambien sé que libraré al mundo de semejante espanto.
¿Por qué disculparme?
No lo haría por mi. Lo haría por vosotros, para que no sucumbais al horror de saberos partícipes de mi sufrimiento. De mi vida carente de sentido. De mi dolor.
Pero aplacaré el silencio que me apaga con dolorosa marcha en la que ya nunca más volveré a incordiar. Nunca más volveré a sentir este sentimiento de culpa. No pediré disculpas constantemente. No me sentiré el ser más repugnante que haya sido creado jamás.
Ya no habrá más quejidos, ni dramas insustanciales. Ya no habrá nada más porque ya no seré.
Ya no seré quien participe de esta fatal ilusión que me hacen creer que es la vida. 
No veo ningún sentido.
No hay salida. 
Ya estoy perdida.

Reflexión...otra vez.

¿Qué necesidad encuentro en el vivir? Error fatal el de haber decidido continuar con esta absurda existencia, como error fatal fue el que me hubierais concebido...

martes, 13 de enero de 2015

Tu nombre...

Sólo saberme parte de tu nombre, mi nombre, y ya sentir cómo la sangre se transforma en reptiles que engullen mis entrañas.
Sólo saberme parte de tu nombre, mi nombre, y sólo sentir la apatía de aquél que se supo muerto cuando apenas empezó a respirar.
Sólo saberme parte de tu nombre, mi nombre, y no saber qué más hacer para sobrevivir en este caos
agonizante que conforma mi existencia.

Lo siento, te odio como me odio demasiado.
Tú, mi nombre.